-¿Qué lugar ocupaba el bolígrafo en el mundo de las artes plásticas antes de que usted llegara?
-Muchísimos artistas han utilizado el bolígrafo: Tapies, Jean Fabre, Antonio López, Dalí, Miró y muchos otros surrealistas, casi cualquier artista ha utilizado alguna vez el bolígrafo por su inmediatez y rapidez en el uso. Quizá en mi caso lo particular y que puede llamar la atención es la naturaleza fotorrealista y el gran tamaño de las obras, de hasta dos metros y medio.
-Pensé que si a la pintura se la considera un arte mayor y al dibujo un arte menor, el dibujo a bolígrafo estaría en una escala aún inferior...
-Seguro que si piensas en el precio de un dibujo de Picasso no lo consideras un arte menor, ¿verdad? Lo de arte mayor y arte menor son conceptos decimonónicos y hace ya dos siglos de eso. En realidad la importancia de los materiales viene dada por la obra en sí, en el último siglo se han hecho obras extraordinarias con materiales poco convencionales o incluso absurdos.
-¿Pero había en los museos obras ejecutadas a bolígrafo?
-Cientos, desde la Tate Modern al Reina Sofía pasando por el MOMA. Si buscas bien en cualquier museo de arte contemporáneo hay alguna.
-¿Cuántos bolígrafos gasta en uno de sus dibujos?
-Depende del dibujo, puede variar entre uno y cuatro.
-¿Qué hace cuando se equivoca?
-Intento no equivocarme. En cualquier caso no se puede borrar.
-Viendo sus dibujos, uno se imagina que cuando iba usted al colegio, en vez de atender al profesor, se pasaba el tiempo de clase emborronando folios.
-La verdad es que no. Lo del boli ha sido más una necesidad conceptual que surgió de manera natural hace un par de años que una técnica que había usado antes.
-Recientemente ha mostrado sus dibujos en Las Vegas y Seúl, ¿dónde han sido recibidos mejor sus dibujos?
-Siempre funciona bien, no hay diferencias entre culturas al respecto, supongo que en un mundo tan globalizado las reacciones son similares.
-Sus dibujos tienen una enorme carga erótica, ¿es eso lo que más le inspira?
-No. Me inspira la vida y como en la vida el sexo existe... Sólo un pequeño porcentaje de los dibujos se pueden considerar eróticos, aunque como es natural éstos llaman más la atención que los otros, pero es algo puramente cultural, que está en los ojos del espectador. Me interesan especialmente cuestiones como el trasvase de lo privado con lo público a través del triángulo artista-retratado-espectador y la descontextualización de la imagen en la obra artística. Dicha relación privado-público es especialmente evidente en las obras más explícitas, aunque en muchas ocasiones, el erotismo viene dado por la propia descontextualización de la imagen.
-¿Pinta siempre con bolígrafos «Bic»?
-Son los que mejor se ajustan a mis necesidades técnicas y conceptuales. Todos identificamos bolígrafos con Bic y para mí esa evidencia, esa claridad es importante.
-¿Y por qué siempre con color azul?
-El bolígrafo es una herramienta que, a pesar de todo, entendemos ajena a los procedimientos artísticos convencionales y que nos remite a ese mundo juvenil del que la obra participa en parte por el hecho de que la tinta sea de color azul, el color del bolígrafo que habitualmente asociamos a la escritura, consiguiendo así una sintonía entre el mensaje y el medio empleado que hace emerger su particular carga connotativa.
-A usted, los de «Bic» deberían ponerle un monumento...
-Por ahora han hecho un catálogo.
-¿Siempre ha pintado sobre papel?
-Llevo muchos años trabajando con óleo sobre lienzo, pero los dibujos de bolígrafo siempre los he hecho sobre papel desde que empecé hace un par de años.
-¿Recibe ofertas de editoras de cómics?
-Nunca. No me interesa ni tiene que ver con lo que hago.
-¿Si le encargaran un cartel, de qué le gustaría que fuera?
-No hago encargos, aunque no me importaría que se usaran mis imágenes en determinadas circunstancias. El Festival de Cine de Roma y algunas marcas de moda italianas se han puesto en contacto conmigo para usar mis imágenes. Pero no me considero ilustrador, la dimensión de mi trabajo es otra. Las imágenes que constituyen mi obra representan, partiendo de una estética apropiada de las fotos domésticas, momentos muy puntuales, de manera separada e independiente del contexto en el que se produjeron, desconectándolos así de la sucesión de apariencias que es la realidad, y que la dota de sentido y significado. Sin entrar en el alcance ontológico de la imposibilidad de la neutralidad de la imagen fotográfica, la descripción de las imágenes nos destaca la consciente banalidad de los motivos, cuando lo que se pretende es incorporar unos códigos visuales que, al ser fácilmente reconocibles, proporcionan un soporte icónico muy pertinente para el carácter de mis imágenes.
-¿Tiene muchas peticiones para hacer retratos?
-Sí, muchas veces, pero tampoco hago retrato bajo una perspectiva convencional. No hago nunca encargos porque mi obra se basa en referencias autobiográficas a través de las imágenes, gestos y cuerpos de la gente que forma mi vida. Las obras muestran al espectador vidas privadas, circunstancias y hechos aparentemente banales protagonizados por personas que no les son reconocibles, viniendo desde la subjetividad a constituirse finalmente en documentos, que entendidos de manera más general, vienen a ser retratos de una dimensión específica de nuestra cultura contemporánea. Los pequeños relatos personales pueden ser un refugio creativo, algunos artistas nos centramos en las expresiones de la trivialidad cotidiana y desarrollamos allí nuestro discurso. De esta manera, mis obras vienen a ser exponentes de estas narraciones de lo cotidiano, magnificando fotografías de aficionado, imágenes de usar y tirar que son así rescatadas de su banalidad.
-¿De qué tipo de gente?
-Generalmente joven, pero un poco de todo.
-¿Qué actriz le gustaría que posara para usted?
-Cómo digo sólo retrato a personas cercanas a mi entorno, así que primero debería conocerme.
-¿Vestida o desnuda?
-Ese tipo de detalles generalmente lo deciden los modelos. Todas las chicas que aparecen así ha sido por que ellas lo han pedido.
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